Llevamos años alertando del grave peligro que suponen los grandes incendios forestales y reclamando al Gobierno de Aragón la puesta en marcha de medidas preventivas eficaces para proteger nuestros bosques, montes y, sobre todo, a la población de los núcleos rurales.
El abandono del territorio, la falta de gestión forestal y un cambio climático cada vez más pronunciado, hacen que la situación del Pirineo aragonés sea crítica. Las masas forestales no han parado de crecer incontroladamente y el tradicional paisaje en mosaico se ha ido perdiendo en gran parte del territorio. Esto, unido a la matorralización de grandes espacios, genera un elevado riesgo de que los incendios adquieran unas dimensiones tan grandes que queden fuera de la capacidad de extinción de los medios. Los temibles incendios de sexta generación que este año desgraciadamente estamos viendo en la parte oriental de la Península Ibérica.
Para el futuro del Pirineo, es imprescindible que las masas forestales estén saludables, que protejamos nuestra rica biodiversidad y que los pueblos estén seguros ante una catástrofe como es un gran incendio forestal. Para ello es necesario gestionar el territorio en su conjunto, atendiendo a su valor cultural, a la fauna, al ecosistema, a los recursos naturales, a la biodiversidad, al agua y a las personas que lo habitan.
Se debe apostar de manera decidida por la inversión en el sector primario, y especialmente por la ganadería extensiva. Pero también es fundamental asegurar que los perímetros de las poblaciones estén despejados y sirvan de protección frente al fuego o que las vías de acceso estén limpias a su alrededor y no conviertan a los pueblos en ratoneras.
Desde ADELPA pedimos que se implemente el presupuesto y se hagan los cambios legislativos necesarios para que la administración autonómica, las administraciones locales y los propietarios de los terrenos puedan hacer una gestión ágil y eficaz sobre el territorio. Para la presidenta de Adelpa, Begoña Dorado, “Si queremos evitar catástrofes como la de Castilla y León o Galicia, se tiene que actuar con determinación. La mayoría de los municipios del Pirineo son pequeños municipios sin recursos económicos ni humanos para poder hacer frente al problema y tomar las medidas preventivas necesarias. El Gobierno de Aragón nos tiene que ayudar a reducir el riesgo para la población y para los bosques”.
Por ello, ADELPA reivindica que se pueda actuar en terrenos particulares dentro del perímetro forestal de los núcleos de población cuyos propietarios se nieguen a cumplir con su obligación de mantenerlos limpios, obligación que está determinada por la Ley de Montes 43/2003.
Además, consideramos prioritario promover acciones que ayuden a crear paisajes en mosaico y que impliquen de manera activa a los ganaderos y los agricultores, implantar los Pagos por Servicios Ambientales (PSA), planificar desbroces y quemas controladas, asegurar el cumplimiento de las medidas de prevención y lucha contra incendios, facilitar y agilizar los trámites administrativos relativos a talas, quemas, desbroces o cambios de uso, así como realizar campañas y jornadas divulgativas dirigidas al conjunto de la población.
Los Ayuntamientos pirenaicos coincidimos en que la mejor manera de prevenir es actuar anticipadamente, pero hacerlo bajo una política de gestión forestal sostenible, que tenga en cuenta no sólo las características propias de nuestros municipios y la protección de la biodiversidad, sino también la seguridad de la población rural.