ADELPA alerta del elevado riesgo de grandes incendios forestales en el Pirineo si no se toman medidas de manera urgente

Esta Asociación apunta a que las actuales políticas conservacionistas que han impedido la gestión de los bosques durante las últimas décadas están teniendo un efecto negativo para el propio medio ambiente. 

La última reunión de la Comisión Ejecutiva de ADELPA abordaba con preocupación el importante riesgo de incendios que existe actualmente en la zona norte de la provincia, así como las consecuencias que podrían derivarse de estos, y recordaba la importante contribución de los bosques al cambio climático. 
Más de 6.000 hectáreas, la mayoría ubicadas en zona montañosa, han ardido en los últimos días entre los incendios de Artesa de Segre (Lleida) y Navarra. Las cada vez más habituales olas de calor, sumado a la falta de precipitaciones, han provocado que en los últimos veranos se hayan calcinado grandes superficies de masa forestal. 
Ante esta situación, y recordando otros incendios ocurridos en territorio altoaragonés, como el que tuvo lugar en Castanesa en 2018 y en el que ardieron más de 1.200 hectáreas, los representantes de ADELPA demandaban una revisión urgente de las actuales políticas forestales, que han impedido durante décadas hacer una gestión sostenible de los montes y han ayudado a que se generen unas masas forestales enormes que suponen un peligro para la propia biodiversidad y para las personas en caso de incendio. 
De forma urgente, es necesaria la puesta en marcha de medidas de prevención rápida como podría ser la ampliación de cortafuegos, la limpieza de las cañadas y la mejora de los accesos a los montes. La asociación también alertaba de que las administraciones no están consignando recursos suficientes para abordar de manera plena estos riesgos, descuidando el mantenimiento de las masas forestales y causando con ello gran perjuicio a los bosques y montes, así como quienes los habitan y las actividades que en ellos se desarrollan. Entre otras, la ganadería extensiva, que contribuye en gran medida a la prevención de los incendios en territorio forestal. 
A juicio de los ayuntamientos pirenaicos, es necesario un cambio en las políticas forestales para evitar que se produzcan incendios cada vez mayores y el patrimonio natural del Pirineo se vea muy afectado. Se debe fomentar de una forma real y efectiva la recuperación de los paisajes en mosaico, dividiendo las grandes masas forestales aparecidas en los últimos años, para así mejorar la biodiversidad e impedir que los incendios se conviertan en fuegos de tercera generación, que podrían arrasar grandes extensiones de bosques. 
El mapa de la despoblación, se explicaba en la ejecutiva de ADELPA, se solapa en gran porcentaje con el mapa forestal, debido sobre todo a la pérdida de oportunidades de los pequeños municipios y a la falta de reconocimiento y compensación económica por los servicios que estos prestan. Por ello, también se instaba a las instituciones a potenciar esos vínculos perdidos entre los bosques y la población rural, poniendo en valor los múltiples beneficios de los primeros para la sociedad, no solo como productores de bienes materiales inmateriales, sino también en su papel como sumideros de carbono, sustitutivos de otros materiales más contaminantes o impulsores de la soberanía alimentaria entre otros.