En la reunión de la Comisión Ejecutiva de la Asociación, celebrada este miércoles 19 de junio, se aprobó un acuerdo sobre prevención y defensa contra los incendios forestales en el que se insta al Gobierno de Aragón a poner en práctica medidas y herramientas preventivas no sólo para proteger bosques y montes sino también a la población. 

Desde ADELPA exigimos, señala su presidenta Begoña Dorado, que se pongan en práctica las políticas forestales necesarias que además fomenten la economía rural. Y que se lleven a cabo poniendo en marcha medidas de prevención que reduzcan el impacto negativo de los incendios mediante la ampliación de cortafuegos o la limpieza de cañadas y, en general, la mejora de los accesos. 

El 2023 resultó ser, en Aragón, la mejor campaña de prevención y extinción de incendios de los últimos 20 años, con el número más bajo de fuegos y de superficie calcinada de las dos últimas décadas.

Pero estos buenos datos, señala Dorado, no deben hacer que bajemos la guardia porque de unos años a esta parte, asistimos a una nueva era, la de los grandes fuegos forestales, incendios de sexta generación, indican los expertos: menor número de incendios, pero de mayor complejidad y destrucción debido a varias causas: 

El estrés hídrico al que las olas de calor y los períodos de sequía someten a nuestros bosques y montes, el abandono de los pueblos y, por lo tanto, la progresiva desaparición de los pastos y las actividades agroforestales o la proliferación de viviendas en el monte, que han hecho que los incendios forestales sean también un problema de ámbito forestal, no son problemas de fácil solución, al contrario, es compleja y exige de la concienciación por parte de todos para extremar las precauciones, mejorar la gestión forestal o llevar a cabo campañas de extinción de incendios fuera de la época estival, pero, principalmente, para establecer un manual de acciones preventivas. 

Por ello, ADELPA reivindica que se modifique la legislación para que la administración, tanto autonómica como local, pueda actuar en terrenos particulares dentro del perímetro de los núcleos de población, que se promuevan acciones que ayuden a crear paisajes mosaicos y a la vez supongan implicar a los ganaderos de manera activa, implantar los PSA, pagos por servicios ambientales, planificar desbroces y quemas controladas, asegurar el cumplimiento de las medidas de prevención  y lucha contra los incendios forestales, facilitar y agilizar los trámites administrativos relativos a talas, quemas, desbroces o cambios de uso y realizar campañas y jornadas divulgativas dirigidas a la población en general. 

Los Ayuntamientos pirenaicos consideran que la mejor manera de prevenir es actuar pero que hay que hacerlo con una política de gestión forestal sostenible y que tenga en cuenta, no solo las características de los municipios pirenaicos sino también las buenas prácticas de la población rural.