Los ayuntamientos del Pirineo, a través de ADELPA, llevan tiempo reclamando la necesidad de hacer rentables las explotaciones y reivindicando su papel como garantes de la sostenibilidad.
La ganadería extensiva está considerada un engranaje más de la conservación del medio ambiente, en un momento de retroceso de la actividad. Desde esta Asociación incluso hemos propuesto la creación del Contrato Territorial de la Explotación (CTE), que garantice a los ganaderos de montaña una renta anual, de forma que los titulares asuman un compromiso para desarrollar un modelo de actividad agraria y las administraciones lo compensen, incentiven y retribuyan como un reconocimiento social a los servicios públicos prestados.
La Diputación de Huesca lidera, en colaboración con la de Lérida, un proyecto dotado con casi 2 millones de euros para impulsar la ganadería extensiva en esta provincia y en Lérida, que se prolongará hasta el 2025. Una de las líneas de actuación es un plan piloto que fomente que ganaderos del Pirineo, en ambos territorios, dispongan de una compensación económica por los beneficios medioambientales que supone su labor de pastoreo.
El Diputado de Desarrollo, José Cebollero, y la responsable del Área de Desarrollo, Marta Fábregas que coordina el proyecto BEEP, de bioeconomía forestal para potenciar el pastoralismo en los Pirineos, se reunieron el pasado lunes en Sort, capital de la comarca del Pallars Sobirà, con responsables del Consejo Comarcal, representantes del Instituto Pirenaico de Ecología, del Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña y de la Fundación Pastores para avanzar en la planificación de acciones que permitan crear nuevos modelos de negocio de colaboración público privada que potencien la ganadería extensiva y el pastoralismo como servicio ambiental. Está financiado con casi dos millones de euros de fondos Next Generation a través de la Fundación Biodiversidad.
Ahora mismo el trabajo se está centrando en compartir experiencias entre Huesca y Lérida para la transferencia de conocimiento. Otra de las acciones a llevar a cabo es diseñar un certificado de profesionalidad, un reconocimiento a nivel estatal de formación específica en ganadería extensiva y pastoreo. Así lo pide la Red de Escuelas de Pastoreo Española. En ello van a trabajar la Escuela del Pirineo L’Estiva (San Juan de Plan) y la Escola de Catalunya (Lérida) con el fin de que la formación en la actividad forme parte del Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales.
Se van a diseñar e impartir además cursos de formación para tutores ganaderos. El objetivo es que adquieran herramientas docentes. Habrá un seminario por comarca pirenaica. En Huesca el primer taller participativo se impartirá en Broto como experiencia piloto con ganaderos, Ayuntamiento y actores forestales del territorio. Después se exportará al Pallars Sobirà. Y en ese intercambio de experiencias las dos escuelas de pastores de Huesca y Lérida pondrán en común sus experiencias con sendos seminarios en los dos territorios donde participarán también una serie de ponentes externos.
Para el mantenimiento de la ganadería extensiva, de su beneficio medioambiental y también para fijar población, el proyecto BEEP contempla la creación de una bolsa de empleo y un servicio de asesoramiento para el fomento del relevo generacional. Se plantea también un servicio de pastor compartido, y un plan piloto de emprendimiento para los pastores formados en las escuelas, así como formación en canales de promoción y comercialización. Todas estas acciones, entre otras muchas, son las que se están diseñando en este ambicioso proyecto.
El proyecto cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea.
Fuente: Heraldo de Aragón